Volkswagen tendrá que pagar un coche nuevo a un afectado del ‘Dieselgate’

Un juez de Manacor obliga al fabricante a abonar el precio total de un Skoda porque lo anunciaba como un modelo “más ecológico que el resto”. Primera sentencia Europea.

Un juez de primera instancia de Manacor acaba de condenar a la automovilística Volkswagen a devolver el precio íntegro de un Skoda Yeti, afectado por el escándalo de las emisiones diesel. Tendrá que abonarle al comprador 19.378,11 euros, más intereses. Se trata de la primera sentencia en Europa.

La sentencia fue dictada el pasado 5 de enero y es la primera en condenar a la empresa a la devolución íntegra del importe. Hasta el momento, los litigios entre afectados y la empresa alemana habían terminado con la condena de Volkswagen a pagar como mucho el 10% del precio del vehículo.

Trucaje del motor

Los abogados del demandante usaron durante el proceso principalmente tres argumentos. El primero, que al Skoda Yeti adquirido en 2012 por un particular en Manacor se le había implantado un dispositivo diseñado para trucar las emisiones de CO2. Este aparato está prohibido por la legislación europea en materia de contaminación del medio ambiente.

Este argumento no es nuevo. Ha sido utilizado por las defensas de los miles de afectados que han acudido a los tribunales contra Volkswagen. Sólo en España hay 600.000 propietarios de vehículos que han tenido que pasar por el taller para modificar el motor con el fin de que no engañe sobre los gases emitidos a la atmósfera.

Publicidad falsa

Pero ha sido el segundo argumento el decisivo para el fallo de la sentencia. Se trata de la publicidad sobre el vehículo en cuestión. El Skoda Yeti era anunciado a los clientes como un coche “más ecológico que el resto” y bajo el lema de “tecnología greenline”.

El titular del juzgado de primera instancia número cuatro de Manacor, Tomás Sánchez, consideró determinante este reclamo publicitario. De hecho, la sentencia afirma textualmente: “el jefe de taller afirmó que el modelo montaba unas llantas y cubiertas específicas orientadas al bajo consumo, y que se vendió bastante poco”.

“Esta escasez de ventas”, sigue, “lleva a concluir que el bajo nivel de emisiones contaminantes fue el motivo principal de adquisición para una gran mayoría de usuarios” y no tanto el resto de prestaciones del vehículo. Es decir, el magistrado entiende que los clientes se decidieron por el Skoda Yeti y no por otro modelo principalmente por una sola razón: porque contaminaba menos, supuestamente.

Por tanto, termina el juez, se produjo la entrega de “cosa diversa a la pactada” por las partes, ya que no era cierto que ese modelo de Skoda fuera  lo ecológico que anunciaba el fabricante.

Perjuicio del vehículo

Hubo un tercer argumento: el daño sufrido por los clientes a causa de lo motores trucados y la solución que dispuso Volkswagen para remediarlo.

Los 600.000 vehículos afectados debían de pasar por el taller para que los técnicos modificasen el medidor de los gases emitidos.  El propietario del Skoda Yeti , una vez «reparado» el motor, empezó a notar que el coche no funcionaba como antes.

En concreto, constató una pérdida de potencia del vehículo y un aumento del consumo de combustible, hasta el punto de que llegó a gastar en la gasolinera más del doble en llenar el depósito que antes de la modificación del motor.

Así lo demostró  en la vista mediante informes técnicos de distintos mecánicos. El juez ha estimado las pruebas y considera finalmente que el cliente ha sufrido perjuicio por parte de la empresa fabricante.

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